En los últimos años, Amnistía Internacional Perú ha crecido en infraestructura, en personal y en gestión institucional. Eso es importante. Pero la pregunta de fondo sigue siendo otra: ¿Estamos invirtiendo en lo que realmente sostiene al movimiento? Los grupos de activismo, la membresía organizada, las redes territoriales… fueron el motor que hizo visible a Amnistía en el país. Sin embargo, en los informes financieros, su presencia es cada vez más marginal. Mientras aumentan los pagos a proveedores, consultorías o servicios técnicos, el tejido humano del movimiento —ese que moviliza, sostiene y representa— no parece estar en el centro. Esta entrada no busca nostalgia, sino honestidad: ¿podemos construir una Amnistía fuerte, sin cuidar aquello que le dio sentido desde el inicio?
👋 Hola, soy Manuel Siccha, activista por los derechos humanos y postulante a la Tesorería del Consejo Directivo de Amnistía Internacional Perú para el periodo 2025–2027. Aquí comparto mis propuestas, materiales, reflexiones y herramientas que iré alimentando durante esta campaña. Te invito a explorar, cuestionar y, sobre todo, participar.